domingo, febrero 25, 2007

HOLLYWOOD SE COMPROMETE

Siempre que puedo intento ir al cine al menos una vez por semana, me gusta todo tipo de géneros, nuevos o antiguos, no tengo ningún actor o actriz favoritos sino más bien un elenco. Me gustan las buenas interpretaciones, pero también los efectos especiales, las buenas historias, simples o complejas, me gusta la magia de la imagen y el sonido, ya comenté en alguna ocasión que toda vida debiera tener su banda sonora.

No se trata ahora de hablar sobre mi gusto por el cine y sí de lo acertado de alguno de los últimos estrenos de Hollywood. Angelie Jolie y Brad Pitts son una pareja que al margen de las envidias insanas que puedan generar, permanentemente esta ligada a buenas causas, algo que además demuestran en el concepto de pareja y familia que practican. Algunas de las últimas películas que he visto han sido El Perfume, Apocalipto y Babel, y cada una me gustó a su modo.


Pero son estas de las que yo quiero comentar. Diamante de Sangre con una buena interpretación de Leonardo DiCaprio, Jennifer Connelly o Djimion Hounsou, es una película que se adentra en el drama de los niños soldados de Sierra Leona, las matanzas indiscriminadas de la guerrilla, las violaciones, la mutilación de la población por sistema para grabar en su cerebro el mensaje de quién manda. Todo tapado por el enorme negocio que suponen los denominados diamantes de conflicto, aquellos obtenidos por personas esclavizadas y privadas de toda condición humana, mientras unos pocos millonarios suman ceros a sus inmensas fortunas. Tan nerviosos se han puesto algunas empresas que comercian con diamantes, no necesariamente ilegales, que han propuesto donar importantes cantidades de dinero, en caso de que algún actor luzca un diamante en la gala de los Oscar, a la ONG o fundación que ellos decidan. Es como si nos dijeran algo así: “Mirad para otro lado y ayudaremos a unos pocos pobres y marginados del mundo”. Mucha gente hace eso con el cepillo y el confesionario de la iglesia, es la misma cultura de comprar el perdón.



La otra película es La Ciudad del Silencio interpretada por Jennifer López y nuestro querido e internacional Antonio Banderas. Y denuncia el asesinato y violación permanente de jóvenes muchachas en Ciudad Juarez, la mayoría humildes trabajadoras maquiladoras de las fábricas de la frontera de México. En el desarrollo de la película une varios patrones de los que las madres de las asesinadas sospechan, desde conductores de los autobuses de las fábricas, gente de familias ricas, hay teorías que hablan también de los carteles narcotráfico e incluso de grupos de extrema derecha según algunos símbolos aparecidos en algunas de las víctimas. Lo importante es que esta película se atreve a cuestionar la hipocresía del Tratado de Libre Comercio (NAFTA) y denuncia por igual a las autoridades mejicanas y estadounidenses.
Recientemente en México el Presidente tuvo que ordenar el desarme de la policía de Chiguagua y enviar al ejército para combatir al narcotráfico, dados los elevados niveles de corrupción social existentes. Policías, jueces, políticos y personas normales de todo tipo de las que nunca se habla, son objetivo del dinero manchado de sangre y dolor de estos carteles sin escrúpulos. El CINE, en este caso quienes han hecho realidad estos proyectos, han utilizado muy bien su enorme altavoz para denunciar estas causas.

Ojala pronto veamos películas denuncia sobre los millones de personas muriendo infectadas por el SIDA o innumerable enfermedades en muchos continentes, mientras se justifica que hay que proteger a las empresas que investigan no proporcionando genéricos para salvar la vida a personas que no tienen para pagarse tratamientos. ¡Es esto moralmente aceptable!

Por eso soy un defensor de que lo público llegue allí donde lo privado no sea capaz de garantizar derechos universales a las personas. Aunque para eso estos tuvieran que perder un bocado de su negocio. El hambre y la enfermedad son cosas con las que no se puede comerciar a cualquier precio. Ni tampoco mirar para otro lado en caso como los de Ciudad Juárez o Sierra Leona, aunque desgraciadamente haya muchos más en el mundo.

Los políticos no tenemos el enorme poder que la gente piensa, pues cada uno de nosotros únicamente podemos responsabilizarnos de la pequeña parcela de trabajo que asumimos. Pero entre todos, ciudadanos, empresarios, jueces y representantes públicos, debiéramos poner todo lo que esté de nuestra parte para mejorar y hacer más justo el mundo en el que vivimos.

Luis Salvador
Senador por Granada

2 comentarios:

Navarro dijo...

Soy de la opinión de que el género cinematográfico más adecuado para mostrar al mundo todos estos temas y más, es el del documental.
Un género infravalorado, que es el único que puede mostrar la realidad tal y como es. Sin un reparto famoso y sin medios descomunales.
Soy aficionado al cine, a todo tipo de cine, pero creo que el documental va más allá que una película de ficción, que por muy comprometida que sea, sigue siendo ficción y en algunos casos increíble.

Luis Salvador dijo...

Tienes razón, pero pienso que compartirás que un documental. aunque tenga un carácter mucho más empírico y real, tiene una capacidad mucho menor para colocar un tema en la Agenda Mundial, quitando excepciones que también se han tenido que recubrir de la mágia del cine y el carácter mediático de su mentor -sabes que me refiero a Al Gore-. Es por eso por lo que he resaltado estas dos película, porque aunque su carácter principal sea el comercial y con todos los defectos que tú y yo podamos encontrar, son eficaces para generar mayor sensibilización frente a esos temas.

Un abrazo.