La existencia de capellanes en nuestros hospitales es fruto de nuestra tradición de país Católico y del acuerdo alcanzado entre la Conferencia Episcopal y los Ministerios de Justicia, Sanidad y Consumo en el año 1985, siendo un servicio muy reclamado por enfermos católicos en situaciones extremas. Yo precisamente conozco al que realiza esa misión en los hospitales en donde trabaja mi compañera, y es un ser entrañable, fantástica persona, progresista y de izquierdas.
Dicho lo anterior, la entrada de "capellanes" a los comités de ética de los hospitales públicos madrileños, mediante convenio con la Provincia Eclesiástica de Madrid, con la famosa cláusula que manifiesta "el Servicio de Asistencia Religiosa Católica (...) formará parte del Comité de Ética y del Equipo Interdisciplinar de cuidados paliativos", es un paso que excede el marco de nuestra Constitución.
Hace poco conocimos la noticia de que la iglesia entraba a formar parte del profesorado de la FAES, ahora esto, ¿no suena todo al pago por los servicios prestados por la actuación de la cúpula eclesiástica durante la pasada campaña?
Rouco, personaje siniestro siempre entre bambalínas, conspirador nato, al que le da igual el PSOE que su ex-Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Blazquez, junto a la Lideresa, que tiene más peligro que uno de Al Qaeda en una fábrica de butano, están llevando Madrid a la imbolución religioso-ideológica más absoluta, reeditando su propia versión de Regional-Catolicismo. ¿Ésta mujer quiere ser Presidenta de un país como España?
Política e Iglesia, cada uno tienen su lugar en nuestra sociedad, juntos sí, pero no revueltos, no vulnerando ningún principio constitucional. Fotos como la que muestro en esta entrada, no pueden volver a repetirse. Dios, no lo querría.