domingo, diciembre 02, 2007

Día de luto, día de tristeza.

Seguramente ni Raúl Centeno, ni Fernando Trapero, chavales ambos de 23 y 24 años, con la manida frase de toda la vida por delante, sabían que ese día y a esa hora iban a ser tiroteados por dos desalmados terroristas, mientras su inmisericorde compañera se preocupaba de acercar el vehículo para la posterior huida. Seguramente no sabían que allí aguardaba la muerte más irracional, en forma de asesinos terroristas capaces de finiquitar cualquier vida humana por el simple hecho de pensar diferente. Seguramente no lo sabían.

Pero seguro que eran conscientes que su profesión entrañaba esa posibilidad, que su dedicación abnegada para intentar proveer al resto de ciudadanos de este estado llamado España, de mayores dotes de seguridad, no les eximía de poner en riesgo su propia vida.

Ayer, dos chicos jóvenes, dos profesionales, dos españoles que de serlo son también vascos, pues yo mismo soy andaluz, lo que no me exime también de ser catalán, madrileño, vasco o extremeño, porque todos son territorios de mi país, el que amo y en el que en ningún lugar me quiero sentir extraño, y menos extranjero.

Dos brazos ejecutores y tan cobardes como para sesgar vidas por la espalda. No he visto todavía terrorista que de un arma a quién pretende asesinar para que se defienda de igual a igual. Casi todos actuan con una bomba desde la distancia, o con un tiro en la nuca, sin importar incluso que un familiar de la víctima, incluso niños, pueda estar presente.

Vosotros terroristas, que no sóis más que asesinos sin escrúpulos ni miramientos, como podéis pensar que alguien puede creeros cuando decís que lucháis por ideales.

Dejad ya las armas, dejad ya de causar tanto dolor a buenas personas que únicamente se ganan su pan preocupándose de que asesinos como vosotros no consigan el objetivo de dañar a un estado que es de todos, y pura ironía, también vuestro.

Deseo que Fernando Trapero pueda recuperarse a pesar de su enorme gravedad y me siento triste pensando en Raúl Centeno y sus personas queridas que ya no podrán disfrutarle más, y espero que esto no sea un sacrificio en balde.

Descanse en paz.

Luis Salvador

1 comentario:

Francisco Javier Rodríguez Peña dijo...

La muerte de estos dos agentes es lamentable. La condena ha de ser unánime, pero esta mañana, en Logroño, la AVT, de la mano del un PP muy sonriente, estaba allí concentrada no `para gritar contra ETA, si no contra ZAPATERO Y EL PSOE. ESTO TAMBIÉN ES CONDENABLE Y ES EXECRABLE. a VER SI LO CONTAMOS COMO ES.