Taxistas Electorales

Queridos amigos y amigas.

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Siempre he dicho que generalizar no es bueno amén de ser injusto. Así que pido que este post no sea tratado como dogma de fe, sino más bien como constatación de un perfil de taxista que desgraciadamente abunda demasiado.

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Ante todo mi respeto a todos los profesionales del taxi, la mayoría trabajadores incansables. Estar todo el día montado en un automóvil aguantando atascos es una profesión que debe desgastar, por no decir las noches y la inseguridad a la que muchas veces se ven sometidos. Y es por esto por lo que me atrevo a escribir estas líneas, porque nunca he llegado a entender, ni nadie me ha explicado todavía, como una profesión tan dura es capaz de convertir a tanto profesional en agente electoral de los pensamientos más conservadores y reaccionarios de este país.

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Normalmente cuando te montas en un taxi y ves que tiene puesta la Cope ya no te asaltan dudas, casi despejadas también si la cadena es Onda Cero.

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En las Cortes Generales se trabaja con una determinada compañía de taxis, por lo que cuando el servicio se pide desde las puertas del Senado y/o el Congreso ellos saben que suben a su vehículo a un político nacional. Lo mismo que saben que dependiendo del partido al que pertenezca el cliente, le gustará más o menos la tertulia política que casi siempre te encuentras. Es como si montases a un profesional de otro ámbito y pusieras tertulias que los destrozan y satirizan a diario. Existiendo como único consuelo cuando las críticas no vayan contra tu partido, sino contra el otro.

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Y he aquí que esta mañana al tomar un taxi desde la Plaza de la Marina Española con dirección a Atocha para tomar el AVE a Sevilla, escribiendo esto estoy en Santa Justa, me encuentro que el taxista tenía en antena a Jiménez Los Santos, emisora que por cierto tienes que buscar porque ya no es la Cope. Y cosa normal también es como estaba poniendo a escurrir de un bulto a Zapatero, a Moratinos, a los españoles traidores que votaron a los terroristas en el 11-M, e incluso al blanco de Rajoy, y al también traidor de Gallardón. El taxista, hierático, yo también para ver sus reacciones, y evitar de paso darle pistas que pudieran dar conmigo en un atasco ya que iba regular de tiempo. Pero una vez enfilada Atocha y con la estación al frente, voy y le digo: “Este hombre no cambia. Sigue igual de radical que siempre. Faltón y salvapatrias”, a lo que el taxista entendiendo que yo no era del PP, me contesta “es cierto yo llevaba mucho tiempo sin oírlo y veo que está igual…”, momento en el que me identifico “…verá yo soy del PSOE….”, respuesta “¿Del PSOE? Yo también” para a continuación agregar nuevamente el taxista… “del PSOE sí, pero no de Zapatero porque ha humillado a los trabajadores, nos ha hundido…”, y yo le respondo algo así, “es libre de pensar lo que quiera, pero no hay un presidente del gobierno que haya hecho más por los trabajadores que Zapatero, y su factura está pagando”, podéis imaginar el diálogo de besugos del resto de la breve conversación…

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Lo cierto es que ese taxista, lo hacen muchos, ante entender que el pasajero no es de su cuerda, primero usa la estrategia de decir que es, o que era, de los tuyos, pero… que el Gobierno lo esta haciendo tan mal que….

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Es una pena, que profesionales tan sufridos, y que ahora pagan la ausencia de consumo por culpa de los mismos que han hipotecado el ahorro familiar a 40 años, o que hacen votos por que la crisis les devuelva el poder por lo que no tienen ningún pudor en generar desconfianza y por retraimiento del consumo, sean activistas conservadores y de derechas, muy, muy de derechas.

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Pero menos mal, que afortunadamente también te encuentras taxistas enrollados, que aunque críticos con lo que creen se hace mal, también te envían música por email, o te piden información para después contrastarla y crearse una opinión basada en los hechos. Sin jugar a ser línea editorial de nada ni de nadie. Por tanto más libres.

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Luis Salvador

Senador por Granada

Portavoz socialista de la Comisión de Ciencia e Innovación