viernes, enero 09, 2009

Los radicales se retroalimentan y siempre paga la población civil.

El conflicto entre israelíes y palestinos es el principal virus de la violencia en Oriente Medio, y la principal justificación para los más radicales, incluido el terrorismo internacional.

Lo curioso es que israelíes y palestinos están condenados a entenderse porque esta guerra no la puede ganar ninguno y la pierden los dos.

En la retina está todavía la reciente guerra civil entre Hamás y Al Fatat, donde no existía ningún reparo en matarse entre sí. O las imágenes del ejército de Israel expulsando a colonos ultra ortodoxos mientras estos intentaban evitarlo por cualquier medio.

Israel – Palestina, territorios del ojo por ojo llevado al máximo extremo. Hoy te mato yo, mañana me matas tú, todos los días mueren inocentes.

En quince días de conflicto han muerto, a día de ayer porque hoy parecen haber muerto muchos más que todavía no están contados, más de 640 palestinos y heridos casi 3.000.

Hamás no hace ningún bien a su pueblo, lanzando cohetes contra la población civil de Israel, su acción es asesina porque puede matar y encalla aún más el conflicto, pero la reacción de Israel en esta ocasión ha vulnerado toda la lógica del derecho internacional, siendo absolutamente desproporcionada e inhumana al cebarse en la población civil palestina de la Franja de Gaza.

En muchas ocasiones Israel se había vengado realizando asesinatos selectivos de líderes de Hamás, o había derruido la casas de familiares de suicidas palestinos, pero la actuación de su ejército en esta acción militar es tratar a todos los civiles como militantes de Hamás.

Tanta insensatez colectiva, lo único que hace es convertir en un polvorín la zona, y dar armas ideológicas a grupos terroristas como Al Qaeda, que luego globaliza el terror por el mundo.

La guerra, el conflicto armado, nunca traerá la solución a este conflicto territorial y de soberanía que no parecen querer arreglar ninguno.

Quién paga el bloqueo de Israel, no es el gobierno de Hamás, sino el pueblo palestino. Lo mismo que también paga la falta de comida, agua, combustible, suministro eléctrico, los ataques dirigidos contra escuelas bajo bandera de Naciones Unidas, o la destrucción de hospitales.

El Gobierno de España y el PSOE han mostrado su compromiso activo para alcanzar una solución dialogada al conflicto. Es tiempo de que callen las armas y reine la diplomacia, la política con mayúculas.

El pasado 5 de enero, José Luis Rodríguez Zapatero propuso la creación de un mecanismo institucional de coordinación y supervisión del alto el fuego, que garantice la seguridad de la población israelí y una vida digna a la población palestina en Gaza con el restablecimiento de la plena normalidad en los pasos fronterizos y que evite el tráfico de armas hacia la Franja a través de la red de túneles.

Nuestra diplomacia, con el Presidente a la cabeza y el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación ejerciendo su vasta experiencia en este conflicto, y su prestigio internacional reconocido por todas las partes. España ha instado a la Unión Europea a que de un paso adelante en el liderazgo de la búsqueda de la solución, siempre en estrecha colaboración con los EEUU.

España no quiere ser insensible a la situación extrema que está viviendo el pueblo palestino en la Franja de Gaza, y está en contacto con todos los actores implicados y las agencias internaciones humanitarias y las ONG’s, para que se incremente la ayuda urgente a la población civil. De hecho, España ha mandado ya 50 toneladas de medicamentos y productos. España ha comprometido 240 millones de euros durante el periodo 2008-2010, demostrando su enorme grado de compromiso internacional.

El PSOE reclama la apertura de un corredor humanitario y el alto el fuego temporal que permita el acceso de alimentos y combustible durante determinadas horas al día. Lo mismo que reclama el derecho internacional que posibilita a la prensa informar sobre los acontecimientos en el terreno.

La población civil de Israel no merece vivir con miedo, pero tampoco los palestinos la agonía que viven día a día. En cualquier caso, cuando viven.

¡Paz ya!

Luis Salvador
Senador socialista por Granada

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Luis,

Firmo ahora mismo lo que acabas de escribir. Cuánta razón hay en estas palabras.

Y es que ya no son los ideales, el conflicto se está regando con mangueras que lanzan sed de sangre contraria. Una sed que se funde con lágrimas de dolor del propio pueblo palestino ajeno al cuerpo de sedientos de sangre.

Como palestina, me duele el comportamiento de Hamas. Podía entender que el sentimiento de amenaza constante por el avance de los asentamientos de Israel en la zona. Compartía el pensamiento de la creación de los dos estados. Sin embargo, ahora no logro entender nada.

Tras el estallido de la ofensiva, sentía la necesidad de creer en un líder debilitado. Pero ahora, a la vista de los acontecimientos, en ningún momento puedo justificar la VIOLENCIA.

Se me caen el alma al suelo al pensar que el pueblo de mi familia depende de una persona sin conciencia. Hoy escribo estas palabras para decir que HAMAS no es PALESTINA.

En momentos en los que cientos de personas derraman su sangre sin culpa alguna no se entiende que el propio "protector" lama sus heridas a golpe de cohetes.

HAMAS NO ES PALESTINA.AHORA MÁS QUE NUNCA LOS PALESTINOS NECESITAMOS SOLIDARIDAD.

Rosa Nuria Aleixandre Cerarols dijo...

Querido Luis,
Si estan condenados a entenderse, pero mientras los azucen no hay nada ha hacer.
Ademas de Israel y de los pobres palestinos (Hamas incluido) hay que tener en cuenta a los demas paises arabes "IMPLICADOS", si en mayusculas, que son los verdaderos causantes del problema, ellos les mantienen en estas condiciones, les dan armas, pagan a las familias(pauperrimas) de los suicidas, pero no les dan ni escuelas, ni sanidad ni crean empresas, les condenan a una muerte lenta y se rebelan, es poner bombas de relogeria a las puertas de Israel de cuando en cuando estallan.
Si Europa no es capaz de sentarlos a todos en una mesa no se hara nada, esta sera una mas de la guerras que asolan el territorio hace 60 años.

Luis Salvador dijo...

Fátima, Rosa Nuria, gracias por participar aquí vuestras reflexiones.

Rosa Nuria me consta tu concocimiento y sensata reflexión sobre este tema.

Y a Fátima decirte que tu relato me abre las carnes, pues no es lo mismo ser observadores externos de un conflicto por mucho que créas conocerlo, que sentirte parte del mismo, y saber que son tus familiares los que viven, mueren, sufren y están en peligro.

Un beso a las dos.